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jueves, 10 de noviembre de 2011

Tras la meta de los "n" seguidores

Yo también puedo ser superfluo, irrelevante, egocéntrico (como supongo, sin temor a equivocarme, somos todos) y verme tentado por las múltiples ofertas de este pseudo-mundo, esta plataforma virtual que pareciera en ocasiones tener vida propia y que genera tanta dependencia.

El procedimiento comienza casi como cualquier otro ritual cotidiano: Encender la pc, conectarse con la internet, abrir los links que espantan todo resquicio de curiosidad por los sucesos actuales (periódicos, Redes sociales, Blogs (que es una red social pero prefiero tocar los nombres desde las generalidades), y buscadores).
Acto seguido leo, consulto, chismeo, husmeo y hasta me entretengo. Sin embargo, la duda me asalta, me produce ese repelús incomprensible que da cosquillas... ¿Por qué solo tengo 15 seguidores en mi blog?... y más importante aún ¿Por qué solo tengo 7 suscriptores en Facebook?

Claro, comparto la opinión de mis lectores, a quienes considero críticos y maduros quizá no por leer estas columnas, más bien por no desperdiciar su tiempo con estos cuestionamientos tan trascendentales para este, su humilde servidor, pero considero importante hacerlos participes de mis inquietantes elucubraciones, esas que hasta me han robado el sueño (use sarcasmo el lector)

Me intriga esto de las suscripciones en "Facebook" o "carelibro"(como lo llama cariñosamente un amigo), definitivamente es una herramienta inútil, sin mencionar que es tedioso ver todo el tiempo fotos de mujeres hipersexuadas en poses hiper-sexuales. Tampoco puedo negar que no me he visto atraído por tan insinuantes imágenes y mucho menos que no haya accedido a dar click en alguna (si, si... que me incineren en la hoguera por no ser el beato que esperaban), pero el asunto es ver en mi perfil el número 7 junto a la opción "suscriptores" y como con una emoción de medallista panamericano, abrazo rápido al anunciante y consulto para salir de mi asombro que no soy el elegido, que no soy el más grande, el más leído, el más popular.

Se han suscrito a mí (y entiendase que no se que carajos es la opción "suscriptores") 7 personas. Algunos desconocidos que removí de mi perfil, otros a quienes negué mi "amistad" y otros que jamás en la vida había visto. Y por supuesto que estan las chicas insinuantes (miento, solo es una) imagino que algún varón con tendencias marcadamente homosexuales y uno que otro interesado en "negocillos".

En amplio y remarcado contraste, encuentro que el usuario "EriK-EsTReLliiiita90" goza de una popularidad envidiable hasta para cualquier candidato a un cargo público.
Me pregunto con sinceridad: ¿Acaso es más popular por sus comentarios agudos, objetivos, mordaces, o extremadamente justos en el rigor de la academia? la respuesta triste es No.

Es más popular porque su pecho parece salirse de su corpiño y su ombligo saluda al mundo en una posición que desearía haber visto Davincci.

¿como debo sentirme con tan solo 7 suscriptores?
¿Más o menos guapo? ¿más o menos interesante en este mundo virtual? y me percato obviamente, que yo carezco de todo interés en suscribirme a cualquiera de estas entidades dudosas.

No solo eso, tengo que soportar leer los estados de mis estudiantes, mujeres que en aras de proteger sus intereses critican fuertemente el comportamiento de sus novios, amigos o proyectos cuando descubren que los mismos se han suscrito a esos bombones venenosos y llenos de una maldad
aromatizada con algún elixir hipnótico para los ojos.

¿Qué sentido tiene tanto estrépito? ¿Qué sentido tiene dicha aplicación?
¿Qué sentido tiene no tener adeptos? ¿Qué sentido tiene tenerlos?
Veo mi blog y descubro que tengo 15 seguidores y el número 16 es un fantasma incontable porque soy yo mismo.

Yo francamente me mantengo en mi negativa a suscribirme a cualquier cosa y sigo escribiendo para mis pocos pero sinceros lectores que como yo, disfrutan al menos de la distracción momentánea que ofrece conversar sobre un tema tan trivial como este.

Buen día, ojalá esta entrada me gane más seguidores.